...Toda la crisis afecta a los bancos, políticos y ricos, seguro, pero los que estamos más abajo, los recién licenciados, independizados, llegamos a esta jungla de páginas, engaños, y escasez de trabajo.
Narraré mi experiencia, porque es lo que me queda para seguir sonriendo entre tanta frustación...

sábado, 17 de abril de 2010

Rememorando mis días

Siempre en las fechas importantes, o en las que considero importantes, tengo dos sensaciones, una de felicidad increíble, y otra de malestar, de agobio.
Estas fechas pueden ser cualquier cosa, la 1ª comunión, tu primer periodo, tu título de la E.S.O, los 18 años, etc.
Ahora me encuentro, ya no en una fecha, sino en un periodo importante de mi vida: mis primeros trabajos, cumplo 25 años, acabo de terminar la carrera, quiero irme a vivir con mi pareja, etc. Así que llevo todo el año con esas dos sensaciones, en continua alegría y tristeza.
Ahora ya, se acerca mi cumpleaños y cumplir 25 años, siempre ha sido para mí como algo crucial, incluso más que los 18, porque empiezas a dejar de sacar notas, para empezar a sacar sueldos, tienes decisiones más cruciales que a los 18, porque estás siempre en continúo: dónde, cómo, con quién, cuánto y por qué.
Entonces me vino a la mente, hacer una pequeña memoria de lo que han sido estos años para mí, y con qué me quedo, y que pienso que hubiese sido mejor...



Mi infancia se resume en pequeños recuerdos, creados posiblemente por mí, y por grandes hechos que fabricaron mucho de lo que soy ahora. Me viene a la memoria los trajes de gitana y los disfraces hechos por mi abuela, sus meriendas, las flores amarillas que comíamos en el campo, no tan bonito la muerte de mi madre, las idas y venidas en moto con mi padre, los regalos del día de la madre que fueron para Loreto, y también para Pepa, las peleas y las risas con Elo, el nacimiento de Carmen, la Boda de mi padre y ,la ya nombrada, Pepa, los días en Sanlúcar, la comba, el elástico, el fútbol, ... no se me vienen muchos más recuerdos a la cabeza, en mi familia dicen que no los tengo, que el cerebro es listo, porque aunque tuve una infancia feliz, también hubo una época que no lo fue, es lo único que podría decir que falla en mi historia, en toda mi historia, pero también sé que sin eso, no sería ahora quien soy, ni tendría a mi alrededor personas que no las quitaría por nada.
Ya no es lo que pasó, sino cómo se afrontó, haciéndome ahora una persona sin recuerdos. A veces, he pensado preguntarle a mi padre cómo era, cómo olía, que me decía, pero sé que a él eso le hace daño, y no quiero.
Pasemos a la adolescencia, se basa sobretodo alrededor de mi hermana Carmen, y de querer salir y la llegada de Internet y el móvil. Mis hermanas mayores marcharon y empezaron a hacer lo que yo estoy comenzando a hacer ahora. Loreto con Rami, Elo con su gran vida laboral y próspero futuro
Mi familia siempre ha sido pequeña, aunque ahora estamos intentando volver a retomar lazos, hemos sido durante muchos años 6 personas. No ha habido muchas reuniones familiares, ni comida del domingo con la abuela, y eso ha traído alguna que otra tristeza o soledad en Fin de Año, pero también siempre hemos estado unidos, y las hermanas nos hemos convertido en un muro irrompible. Eso es bueno.
De mis amigos de adolescencia recordaré siempre a Marina y a Inma, fueron las mejores, amigas para toda la vida, aunque luego la vida de un giro y a una la tengas en México y la otra con su vida muy dispar a la tuya, se mantiene siempre el contacto. Tuve muchos amigos, pero por distancia, peleas, o simplemente falta de contacto los he perdido. Facebook y tuenti ha hecho mucho para retomar el contacto.

La vida universitaria empezó con mi amiga Eva, fuerte apoyo que mantendré siempre. Me fui de Cádiz, en busca de una nueva vida, de renovarme y también de aprender algún oficio, por así decirlo. Conocí a nueva gente, ellos saben quienes son con los que me quedo, tuve mi primera pareja, aprendí a poner lavadoras, a cocinar un poquito, y a vivir sin que mis padres estuvieran controlándome todo el tiempo, algo muy relajante. Mis primeros veranos estudiando, eso fue lo peor. En Granada, he estado genial, de hecho estoy tan bien que no quiero irme, pero a veces he tenido momentos que ojalá hubiera tenido un abrazo de mi padre, y eso que no me ha dado casi ninguno, o una mirada de mi hermana o un beso de Pepa o incluso, porqué no, una juerga con Eva...pero he tenido que apechugar sola, y eso también me ha hecho más fuerte.

Ahora, estoy en mi última étapa de la juventud, en un proceso entre la juventud y ser adulto, porque para mí ser adulto no es no tener espíritu joven, sino cuando ya empiezas a trabajar, pareja, te independizas sin más. Me gusta esta experiencia, aunque por mí sería con un mejor sueldo para no pensar todo el tiempo que me falta, ya no para llegar a fin de mes, sino simplemente al día 15. Porque me gustaría poder celebrar mi cumpleaños como es debido, y porque necesito ropa y aún no he podido comprarme nada. Pero soy feliz aquí en Granada, soy feliz dando clases, y soy feliz en mi trabajo de documentalista. Eso sí, no lo hubiera conseguido si no hubiera estado con mi pareja, sin su apoyo sentimental, económico, y de fuerza, no hubiera durado en Granada ni el primer asalto, por eso, a las duras y las maduras, puedo ser feliz aquí.

De estas dos últimas etapas, recuerdo cada uno de los viajes que he hecho: Barcelona, Salamanca, Santander, Camino de Santiago, París, Toulouse, Bélgica, Berlín, Marruecos, Madrid, ... Me encantaría seguir viajando eternamente, porque cada sitio que ves tiene algo de especial, su gente, su cultura, sus sitios, etc. Siempre aprendes algo, a veces mejor a veces peor, pero siempre hay algo con lo que te quedas.

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