...Toda la crisis afecta a los bancos, políticos y ricos, seguro, pero los que estamos más abajo, los recién licenciados, independizados, llegamos a esta jungla de páginas, engaños, y escasez de trabajo.
Narraré mi experiencia, porque es lo que me queda para seguir sonriendo entre tanta frustación...

sábado, 20 de marzo de 2010

Intentos de ser documentalista y un agradecimiento

Entre que buscaba, encontraba, rebuscaba, trabajos basura, he estado inscribiéndome a Becas que tienen que ver con mi carrera, con mis deseos, y por supuesto, que tuviera más sueldo y prestigio que lo que tenía en el momento.
Becas con distintos profesores, en distintos institutos, en distintas universidades, etc.
Esto es algo triste, porque siempre se la dan a otro, pero bueno, tengo a alguien que siempre piensa en mí cada vez que sale un trabajo que me pueda interesar, y a él le agradezco la llegada de nueva esperanza.
Ahora estoy esperando dos nuevas becas o trabajos, que vienen de la mano de la mano amiga que siempre llega cuando peor lo estoy pasando. Me acuerdo que el año pasado, cuando iba a terminar el curso de la facultad, el último, decía que esta persona, iba a ser el primero en desaparecer, en no volver a ver, pero me equivoqué.
Él está ahí, para lo bueno, pa escucharme, para recomendarme o aconsejarme, para acordarse de mí cada vez que alguien pregunta si sabe de alguien que quiera un trabajo, o llega a sus manos una nueva oferta de trabajo. Aunque luego, yo no de la talla y no me den lo que él me ofrece, vuelve a mandarme una nueva.
Le agradezco muchos momentos de felicidad, de fuerza, y de buenos ánimos para seguir como estoy.
Él no sabe, nadie sabe, hasta que punto estoy agradecida, pero algún día, cuando sea el momento de ayudarlo, espero poder estar ahí y recompensárselo.

No aprendo...

Mientras daba clases, recibí una nueva oferta de trabajo, que no pintaba mal, una empresa de marketing y distribución para trabajar en una conocida ONG española. Era un trabajo a media jornada, a pie de calle, y con mucha facilidad.
Se me había olvidado que el marketing y yo no nos llevábamos bien, que le vamos a hacer. Allí también conocí buena gente, muy buena gente, la jefa no era tan falsa, aunque llevaba muy bien el marketing, virus que se acaba metiendo en las entrañas de los que lo viven con él durante más de 6 meses.
Pero sólo duré dos semanas, me echaron por poco productiva, basicamente me dijeron que estaba mejor dedicando las mañanas a buscar trabajo por Internet que intentando hacer socios en la calle.
En fin, yo sabía que no servía, pero me estaba dando una semana de tregua, por si el mal tiempo era el causante de las pocas ganas de todos por hacernos socios de una ONG. Pero no me dio tiempo.

Lo llevo en la sangre...

Comencé nuevamente a echar currículos por todas partes, y cuando digo todas partes, es todas partes: tiendas, páginas de internet, INEM, bufetes de abogados, asesorías, televisiones, periódicos, radios, ETTs... todas las respuestas eran: ahora no necesitamos gente con tu perfil.
Pegué carteles de cuido niños y doy clases particulares de varias asignaturas, y lo único que conseguí fue una videollamada, de un hombre que no me enseño su cara, sino otra cosa que según él me iba a interesar más.
Me fui sin trabajo a pasar las vacaciones de Navidad con la familia, me invitó mi padre a un viajecillo a París, poca cosa, ¿eh? y como no tenía dinero, pedí por los Reyes Magos algo de pasta, y fueron generosos.
El día de Reyes recibí otro regalo, una madre quería que le diera clases de latín a su hijo de 4ºESO, así que me volví a Granada, esperando que no fuera la única madre que me llamara.
Y así fue, recibí otra llamada para darle clases a uno de un pueblo cercano, luego otra de otra niña, y así hasta llegar a 4 niños. Con lo que vuelvo a cobrar 300 euros... pobre pero alimentada

Trabajar de comercial, algo encantador

En este trabajo, tan precioso, estuve un mes y medio más o menos, trabajando hasta 12 horas diarias, al jefe se le ocurrió ir también los sábados, un trabajo perfecto.

Lo mejor que tenía ese trabajo era el ambiente de trabajo, todos muy amigos, daba gusto trabajar con ellos, el marketing es lo que tiene, que nos hace a todos hablar con excesiva simpatía, amabilidad, y confianza, hasta con los que no son tus clientes.

Con respecto a cómo se avanzaba en la empresa, era algo fácil, si conseguías hacer contratos, y mantener a tus subordinados, ibas subiendo el escalafón. Claro, que tus inferiores deberían responder bien en el trabajo, y crear sus propios obreros.
Tú desarrollo dependía, en definitiva, al desarrollo de los demás, y otros crecían si tú crecías.

Después de trabajar 65 horas semanales durante un mes, y de que me quitaran el porcentaje de retención por si había alguien que se daba de baja en la compañía telefónica, cobré 330 euros.

Después de pensarlo y hacer los cálculos necesarios, descubrí que me quedaba para comer y pagar el teléfono 100 euros. Y claro, tenía que comer todos los días fuera, y llamar a los clientes que traían problemas. Con lo que no estaba ganando, estaba gastando trabajando allí. Lo dejé.

Después de dejarlo, el marketing se acabó: el jefe ya no era ese venezolano tan simpático que me contrató, los compañeros (algunos no todos), sólo vieron que había perdido la oportunidad, el trabajo de mi vida, por no haber luchado suficiente.

Hablando de la Oportunidad se llevaban todo el día, en todas esas reuniones matutinas tan divertidas, que si es la única multinacional que te da la oportunidad de ser rico, de tener empresa propia, de fabricarte la casa de tus sueños, que sólo con respirar sabe que grado de calefacción necesaria.

No digo que no se hagan ricos, pero ¿a qué precio? Prefiero ser pobre toda mi vida, pero ser rica de mente, de corazón y porqué no! de salud. Desde que me fui allí, he dejado de ponerme mala cada dos por tres, de estar fatigada, cabreada, frustrada. Puedo no ser rica, pero soy más feliz.